Queda una jornada para que acaben los cuatro grupos de 2ª B, donde se concentran más de una decena de equipos filiales de los que compiten en la Liga de Fútbol Profesional: en el Grupo 1, donde participaban Racing B, Atlético B y Celta B, están descendidos desde hace tiempo los santanderinos, a los que acompañarán al menos uno de los otros dos; en el Grupo 2, el Valladolid B puede perder la categoría la próxima semana en el campo del Alfaro, con quien se juega la categoría, mientras ya se han salvado Real Sociedad B y, por poco, el Athletic B; en el Grupo 3, al descendido Barcelona B va a acompañarle el Valencia B, mientras se han salvado Espanyol B y Levante B (que en realidad no actúa como filial) y casi seguro lo hará Osasuna B; y en el Grupo 4, con la victoriosa trayectoria del ya campeón Sevilla B, que luchará por subir a 2ª División, contrasta la decepcionante del ya descendido como colista Málaga B.
En cuanto a los 18 grupos de 3ª División, pelearán por el ascenso a 2ª B otra decena de filiales: Deportivo (Gr. 1), Sporting (Gr. 2), Villarreal (GR. 6), Getafe (Gr. 7), Numancia (Gr. 8), Poli Ejido (Gr. 9), Betis (Gr. 10), Mallorca (Gr. 11), Las Palmas (Gr. 12), Murcia (Gr. 13) y Zaragoza (Gr. 17).
Así las cosas, y ante la constatación de que los filiales participan en categorías donde no se compite en igualdad de condiciones, porque entre otras cosas ellos ocupan el sitio de clubes que representan a capitales de provincia, ¿cuándo se planteará organizar una Liga de filiales, con dos categorías (1ª y 2ª) en las que participen los mismos equipos —y con el mismo calendario— que en la LFP?
Seguro que así, además de facilitar el crecimiento deportivo de los chavales, se incrementaba el mercado —pienso en la TV y en el llenazo del Bernabéu en un Madrid B - Barça B, por ejemplo; ¿o acaso no ven millones ese mismo partido, ya en categoría alevín?—.
